domingo, 5 de octubre de 2014

Saltando la cuerda...

El cambio de paradigma en la educación 
El video de TED (http://dma-maru.academia.iteso.mx/presentacion-y-nuevo-paradigma-de-la-educacion/) me hizo reflexionar mucho. Debo reconocer que vengo desea generación de alumnos y docentes que son parte de esa maquinaria donde se hacen personas iguales por miles y que necesitan de alguien “que les enseñe” en lugar de acompañarlos a extraer de sí mismos las capacidades propias para aprender y crear conocimiento. Sin embargo, el contacto con la juventud de ahora, con su inquietud por averiguar otras cosas que las “que se enseñan” en el aula, me ha retado a modificar mi postura frente al proceso de enseñanza-aprendizaje, ¿cómo ha sido ese reto?:

Hacerme a un lado, dejar que averigüen por ellos mismos: al inicio con quejas de su parte “¿cómo debo hacerlo?” que no son más que producto de lo que hemos hecho con ellos, depender de quien les tiene que decir cómo hacer las cosas, luego, con un poco de paciencia y  asombro ante lo que van haciendo (festejando cada paso que dan, porque, cierto, todos necesitamos de esa “abuelita” que nos diga, ¡bien, es asombroso lo que vas descubriendo!) y apenas voy viendo algunos retoños, una creatividad y una iniciativa que me dejan boquiabierta.

Me reta a ir dejando esas viejas prácticas docentes donde ellos “tienen que necesitarme” para dejarlos hacer a su modo, creo que estoy entrando en una transición que me entusiasma y asusta un poco a ratos, ya que en ocasiones me sorprendo a mí misma pensando “¿y cómo los voy a evaluar?” ¿yo? ¿por qué yo?. Aún con restos de lo que ha sido su aprendizaje hasta ahora, preguntan “¿y va a haber examen?, ¿y cuánto me saqué?”
Ciertamente no puedo desligarme del contexto universitario e institucional donde las cosas siempre han sido así, donde hay que poner una evidencia del aprendizaje y “las normas de cada departamento y academia” te empujan de alguna manera a hacer las cosas como siempre, pero creo más bien que me aferro a ellas por sentirme insegura frente a lo nuevo y por miedo a experimentar otra cosa diferente. Entonces me viene un recuerdo y siento como cuando solíamos brincar la cuerda en grupo,  ese momento en el que cuentas para ti misma “a la una, a las dos y a las tres” para entrar a la cuerda y saltar, calculando el momento en que no te caerás y podrás mantener el ritmo.


Me encanta la propuesta de los Entornos de Aprendizaje Autoorganizado y me encantaría aprender a hacer algo de esto, entrar a la cuerda a saltar, no sé cómo, ¿ser una de esas abuelitas? No tengo idea, pero me entusiasmó mucho ver cómo pueden generarse procesos confiando en que las personas tenemos los recursos para extraer una capacidad de aprendizaje asombrosa.